Después de estar tanto tiempo sin postear, resulta difícil actualizar el contenido de este blog. Lost, Galáctica, Dollhouse (por fin he visto el piloto y puedo decir que me ha gustado), etc. muchas cosas, pero sobre todo quiero hablar lo último que he leído:
“Choque de Reyes” es el segundo volumen perteneciente a la saga de fantasía “Canción de Hielo y de Fuego” (a partir de ahora CDHYF), del escritor americano George R.R.Martin.
No puedo más que admirar a un escritor capaz de crear un universo como el de CDHYF, de tal magnitud y densidad que a veces parece más que estés leyendo un momento concreto de la historia de la Humanidad, que una obra de ficción. El desarrollo inicial del libro, tras el descubrimiento que supuso la saga con el primer volumen ( Juego de Tronos), se me antojó demasiado pausado (es cierto que se presentaban nuevos personajes, y que además esta obra literaria conlleva mucha lectura paralela sobre antecedentes de los personajes, hechos históricos del mundo de Poniente, desde luego si no quieres llegar a perderte, es necesario), pero a medida que iba avanzando en la lectura, de nuevo me involucré tanto con lo que se contaba que me costaba despegar los ojos de las páginas. Es verdad que puede no ser un ejercicio perfecto de escritura, pero eso no importa dado que lo que se está contando, te llega de tal modo, que la forma se puede obviar. La estructura de capítulos, basada cada uno en un personaje distinto, provoca un final de infarto en cada uno de ellos, siempre te deja con ganas de leer más, y hasta que no llegas al siguiente capítulo dedicado a ese personaje, lo cual puede llegar a ocurrir después de 60 páginas, no sacias tu curiosidad por lo que leíste anteriormente. Pero no importa, porque teniendo todos los capítulos la misma premisa, en cada capítulo te encuentras con ese momento de “cliffhanger”. Teniendo Martin un pasado como guionista de series, es lógico pensar que le influyó este hecho a la hora de crear finales tan emocionantes, solo falta que añada un preview para que la semejanza sea absoluta.
Otra de las características de esta saga, es la facilidad con la que el escritor se puede llegar a desprender de personajes, que aún siendo carismáticos, y teniendo legiones de fans, pueden ser sacrificados, sin que ello disminuya la tensión de la historia, creando si cabe más expectación. El estilo de Martin es muy fluido, combinando elementos como la violencia, el sexo, la acción, la traición, sin ningún tipo de tapujos; pero eso es en el fondo lo que uno debería esperar de unos tiempos tan violentos, no debe sorprender a nadie. Aunque las historias de fantasía puedan tener muchos detractores, no considero que esta saga se pueda enmarcar sólo dentro de esa categoría; lo que se cuenta se podría perfectamente situar en cualquier época de nuestra propia historia, obviando los elementos mágicos que por ahora no son tantos.
Os la recomiendo encarecidamente a los que no la conozcáis, lo vais a disfrutar.
Lo peor, es que el gordo cabrón, como yo llamo a Martin cariñosamente, acaba de decir en su blog que no prevé la salida del nuevo libro (tiene publicados 4 de unos 7 previstos) hasta finales de este año, más o menos, y a eso habría que añadirle un año y medio para su edición española. A este paso me lo va a tener que leer mi hijo, porque estaré perdiendo la vista para cuando publique el último. Menos mal, que todavía me quedan dos por leer, para endulzar la espera, el siguiente espero que en dos semanas, gracias a mi mujer que me lo va regalar.
Algunos sabréis que la HBO ha comprado los derechos del libro para realizar un piloto, y si todo va bien realizar la serie completa. Se acaba de confirmar que empiezan el rodaje en octubre, con localizaciones en Irlanda (estoy como loco por ver como queda Invernalia en pantalla),
con lo cual se puede suponer que en abril o mayo, podría estar hecho un piloto que pueda convencer a la cadena de seguir adelante con el proyecto. Espero sinceramente que todo vaya bien, creo que puede ser un gran éxito.
Bueno, que os pongáis a leer, que no solo de series vive el hombre.
